Con cada cosa que pinto, como esta macetita, alguna caja o un pequeño cuadro, descubro que me gusta cada vez más pintar.
Me resulta todo un desafío, mientras doy las reglamentarias bases de blanco, pensar en cómo va a quedar el objeto que estoy pintando. Dibujarlo en mi mente, pintarlo tal vez una y mil veces antes de decidir qué hacer.
Y por último, contemplar el resultado final, que me da gran satisfacción. No por ser una obra de arte excepcional, ni fruto de un intenso y elaborado trabajo de pintura, sino simplemente por haber puesto parte de mí.
Eso hace que sea valioso.
Marita! Qué buen trabajo! Cuánto color!!!! jajaja estoy un poquito obsesionada con el color! En serio: quedó muy alegre la necesita!
ResponderEliminarBesos