jueves, 17 de septiembre de 2015

DÍA DEL PROFESOR

Hoy escribo un post especial. No es sobre manualidades, inspiración decorativa o jardinería como generalmente lo hago. 

Hoy se conmemora el día del profesor, debido al fallecimiento del profesor, orador, escritor, periodista y educador José Manuel Estrada. Es mi profesión, la que llevo adelante cada día, la que por momentos me agota hasta la última fibra por lo mucho que me cuesta, la que me lleva más de una vez al desaliento y la frustración cuestionándome si vale la pena, si da frutos, cuando a mi alrededor veo a la educación (a la educación secundaria me refiero, que es la que conozco) decaer y desvalorizarse constantemente sumergida en una sociedad que fomenta el facilismo, la mala calidad y el todo da lo mismo... Y sí, a veces vuelvo a casa después de batallar más que enseñar y pienso que cualquier cosa es mejor que ser docente y que yo, con mis escasos nueve años de experiencia ya no tengo nada más para dar.

Hoy me pasaron dos cosas.

 La primera fue cuando llegué al colegio a las 7:30 de la mañana y el saludo de la autoridad de turno fue: "vino la mamá de..., quiere hablar con vos para saber por qué le pusiste un seis a su hijo". Ése fue mi buen día y mi saludo por el día del profesor. Y la verdad es que el resto de la mañana no mejoró. Lo segundo me pasó cuando vine a casa a almorzar y reponer fuerzas para volver al turno tarde. Media hora antes de partir nuevamente al colegio, suena mi teléfono celular y era una de mis alumnas de 6° año llamándome (con autorización por supuesto) para decirme que en breves momentos comenzaba el acto por el día profesor organizado por ellos, y como no me habían visto, no me habían podido invitar y a pesar de que sabían que yo iba más tarde, querían que fuera antes para no perdérmelo. Le dije que sí, me organicé rápidamente y fui. Fue creo que el mejor acto de este día de toda mi carrera docente, donde los chicos más grandes desplegaron todo su cariño y agradecimiento a sus profesores. Para mí fue una inyección de ánimo.
Entre todo lo que escribí, es esto último parte de lo que me hace seguir eligiendo ser profesora y comprender que soy docente y vale la pena serlo. Estamos inmersos en una sociedad que, como dije, desborda crisis por todos lados y las escuelas no son ajenas a eso sino que son receptoras de todo lo que pasa y los lugares donde lo negativo explota. Sin embargo, creo que también son los ámbitos de donde deben surgir los cambios positivos, que nos impulsen hacia adelante. Pienso, entonces, que la educación es la única y verdadera herramienta, así de vapuleada como está. A pesar de que a veces, la educación me duele y me creo vencida, sigo intentando llevarla adelante y trato de poner mi granito de arena formando ciudadanos comprometidos, respetuosos, capaces, críticos, responsables, creativos... Lo mucho o lo poco no soy capaz de verlo ni de valorarlo yo, pero hoy mis alumnos me hicieron dar cuenta de que en medio de toda la vorágine, capaz no se van a acordar de los contenidos académicos que me tocó enseñarles, pero sí de aquello que pude transmitirles en el tiempo que con ellos compartí. De ellos, aprendo yo también permanentemente. Estas son las cosas importantes y que engrandecen esta profesión que elegí.



Simplemente... no podía dejarlo pasar como cualquier día y dejar de manifestar estos pensamientos. Es otra forma de educar. 
Desde acá mi saludo a todos aquellos que, en algún momento dejaron por el camino sus nombres y apellidos para llamarse nada mas que "profes".

4 comentarios:

  1. Felicidades por este día!
    La importancia de un buen profesor y la huella que deja en sus alumnos no está valorada lo suficiente hoy en día.
    Y de algunos padres mejor no hablar.
    Muchos besos

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  2. Felicidades a ti y a todos los que como tu, educáis, enseñáis y queréis a nuestros hijos!
    mil besos desde decorando de corazón

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  3. Estamos seguras de que estás dejando tu granito de arena en la educación como personas de tus estudiantes, Marita. Pasa igual con los hijos, repites y repites y repites, y siempre tienes la sensación de que nunca les llega nada. Hasta que de repente te das cuenta de que no sólo lo han oído, sino también asimilado y puesto en práctica en su vida diaria. ¡Felicidades por ese día y por tu labor!

    Muchos besos de las dos

    J&Y

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  4. Pienso que el ser una profesora de vocación es lo máximo y es lo que necesitamos en nuestro pueblos es buenos profesorados ,, comprometidos ,, ya que la única forma de que un país surga es mediante la educación ,, te felicito amiga ,, mi madre era profesora y siento una gran admiración por ello

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