La repisa que quiero mostrar hoy, me acompaña desde hace unos cuantos años porque la encontré en mi casa anterior y, desde el comienzo de mi blog, me sirvió como "escenario" para muchas fotos.
En la foto de arriba se la ve casi en estado original, es decir, pintada con esmalte sintético blanco, el cual de tan viejo ya no era tan blanco que digamos. Nunca había reciclado la fiel repisa que cargó hasta con mi gordo libro de Biología de Curtis. Nada más, y en un impulso de alguna vez, lijé la parte superior hasta llegar a la madera... y ahí me quedé.
Eran tiempos en que la "chalk paint" era la... chalk qué?? y como no tenía mucha idea de lo que quería hacer con la repisa, fue quedando postergada.
Pasados esos años de incertidumbre, de repente me imaginé como quería que fuese. Con removedor, saqué la pintura de los laterales externos, lijé y llegué a la madera un poco rayada (bastante en realidad) pero linda. Con lija también "maté" el brillo en el interior y los estantes.
Usé una pintura a la tiza color gris, aprovechando que ahora sí ya es una pintura que se puede conseguir en el hemisferio en el que vivo, y la pinté tal como la veía en mi imaginación y como se ve en la foto.
Por último, le pasé cera natural en pasta y sí... el cambio es muy notable. De pasada la alivié un poco de sus cargas y eso hace que también se vea mucho más linda.
Chau esmalte sintético amarillento, hola color gris renovado.
Chau madera opaca, hola brillo suave y delicado que da la cera.
Puedo decir sin dudas que es una repisa nueva.